10/8/14

Invadiendo Blogs #4: Reseña: El chico sobre la caja de madera"

Buenas y santas!”- Como saben hoy es domingo y toca el “Invadiendo Blogs” de la CBA. Soy Nico del Blog: www.librosenlalitera.blogspot.com. En este proyecto somos invasores de otros blogs aportando una entrada. Hoy me toca LuLu =). Espero les guste, eh elegido una reseña. Saludos!!!

Reseña


TITULO:
“EL CHICO SOBRE LA CAJA DE MADERA “

AUTOR:
LeonLeyson con: Marilyn J Harran y Elisabeth Leyson

VOLUMEN: 125 PAG

EDITORIAL: V&M





SINOPSIS:

LeonLeyson y sus días de padecimientos durante tiempos de la segunda guerra mundial siendo un niño y un adolescente judio narra el terror de la supervivencia, el ser elegido como uno de los integrantes de la lista de Schlinder, permanecer junto a su familia; perder todo lo que era normal por el simple hecho de ser judío. Este libro no describe las aventuras de juego de un niño común y corrientes sino de un luchador por la vida. Sus tiempos en la fábrica Emalia, sus días en los campos de concentración y el final de tan trágica época.

OPINION
Libro corto de lectura muy rápida con descripciones muy vividas y vista desde los ojos de un niño, el retrato del terror nos deja una gran enseñanza.
Un libro muy recomendable, las palabras finales son excelentes. Testimonios de su familia completan esta crónica. Imágenes que complementan al relato del libro incluyen la verdadera lista de Schlinder, su pasaporte de refugiado y retratos de familia. Si viste la película de Spielberg no te pierdas este libro.




FRAGMENTOS: (SPOILEANDO)
«Haz lo que te digan. No causes problemas. Muestra que vales. Sobrevive».
Mientras tanto, en Cracovia, los alemanes cerraban aún más su cerco sobre nosotros. Los padres judíos ya no podían reconfortar a sus hijos con la frase «pronto terminará», y en cambio la reemplazaron por «Si esto es lo peor que puede pasar…». Mi madre y mi padre también adoptaron esa frase como una herramienta de supervivencia, tal vez como un modo de apartar los pensamientos negativos. Cuando fuimos obligados a entregar nuestro receptor de radio a los nazis, repetimos silenciosamente aquellas palabras; cada vez que un alemán se nos acercaba susurrábamos «Si esto es lo peor…».

Para ellos, ser judío no tenía que ver con nuestras creencias sino con lo que ellos llamaban «raza». Eso no tenía ningún sentido para mí, e incluso me preguntaba cómo podían ellos mismos creerse semejantes contradicciones. Si realmente se hubieran tomado el trabajo de mirarnos, habrían visto seres humanos iguales a ellos: algunos con ojos azules, otros de color café. Habrían visto familias como las suyas: hijos e hijas, madres y padres, médicos, abogados, maestros, artesanos y sastres, individuos de toda clase.

No había manera de «empatar» con los nazis, no importaba qué hiciéramos. Todo lo que yo quería era recordar aquellas horas por siempre, grabar en mi memoria la visión de aquellos soldados, antes orgullosos, que ahora avanzaban desordenadamente, derrotados.

A medida que el tren se dirigía al este, me permití hacer algo que no había hecho en mucho tiempo: pensar en el futuro. Durante los últimos seis años, imaginar el futuro significaba únicamente pensar cómo sobrevivir a la siguiente hora, cómo encontrar la próxima migaja de comida, cómo escapar del próximo roce con la muerte.

CALIFICACION

5/5

E.N.E


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